12 noviembre, 2007

Es una guerra y estamos todos invitados!

Viendo las noticias, hubo algo que me llamo la atención últimamente, un par de noticias que no hicieron mas que afirmar en mi algo que venia pensando desde hace un tiempo. Esto es el nivel de violencia que maneja nuestra sociedad hoy en día. No se si habrán podido disfrutar la noticia de los enfrentamientos en un casino de Puerto Madero, y una mas reciente un enfrentamiento entre taxistas y camioneros contra la policía frente a la Legislatura porteña.
Bien para comenzar con este tema, hay que entrar en la idea de que el hombre es el único ser vivo en toda la naturaleza que mata por diversos motivos que no sean comida o defensa personal. El ser humano es capas de matar por el simple echo de una discusión, por una diversidad política o algún beneficio económico porque no, nunca esta de mas.
Es por esto que el concepto de sociedad es un simple velo que intenta tapar la cara del verdadero animal que es el ser humano. Un animal que prioriza el malestar personal ante el del otro, y es capas de matar o generar daño al prójimo por la mas simple ofensa.
El primer paso para llevarse bien con el prójimo creo que se encuentra en poder llevarse bien con uno mismo. Los conflictos con el prójimo, en muchas ocasiones, son una exteriorización de algún problema interno no resuelto. Una persona que se siente bien consigo misma, no debe recurrir a la violencia ante alguna ofensa. “La persona con quien es mas difícil llevarse bien es con uno mismo”.
También es importante ante un conflicto intentar ser lo mas racional posible y no dejar que nuestras pasiones naturales nos dominen. Si uno analiza cualquier situación conflictiva, se dará cuenta que casi nunca es necesario llegar al punto de una agresión.
Además la violencia es como una cadena que no se termina, salvo que queramos terminarla. Por ejemplo: tu jefe te maltrata en el trabajo, volves a tu casa y te la agarras con tu hijo, y este a su vez va y le da una patada al perro. En definitiva en lugar de solucionar nuestro problema extendimos el sufrimiento por el mundo.
Todo esto viene para intentar analizar el nivel de violencia que maneja la sociedad argentina hoy en día. A la gente ya no le importa nada de nada, se le va encima a la policía como perro con rabia. Con esto no quiero defender a la policía, de más esta decir que su proceder no es de lo más indicado.
Pero hasta donde llegamos que ya no nos importa nada, no se como serán las cosas en unos años, pero me imagino una guerra todos contra todos, los que tienen algo contra los que no tienen, los que se llevan bien con los que se llevan mal, los que tienen el poder contra los oprimidos. No me extrañaría si en 30 años es lo más normal salir a la calle armados hasta los dientes para ir a la granjita a comprar una cerveza y unos maníes.
Ojala no lleguemos a ese punto, y podamos ser una sociedad civilizada como todos queremos, y que no sea una utopía pensar en una sociedad argentina en paz.

08 noviembre, 2007

Se busca realidad…

Viendo a mi alrededor entre la gente que anda por la calle, de día y de noche, he notado que el ser humano necesita cotidianamente evadir la realidad.
Es para esto que casa uno recurre a un método diferente, dependiendo de su realidad.
Por ejemplo, si uno se sitúa en un boliche un fin de semana a la noche (momento de evadir la realidad por excelencia), y aprecia la gente a su alrededor puede ver la mayoría de la gente tomando alcohol. En un principio parece que es para divertirse, disfrutar un momento entre amigos, pero generalmente es para alejarse de la realidad, desconectarse de su mundo, de sus problemas o situaciones que lo aflijan. Esto sucede de tal manera que muchas veces se llega al limite de no poder mas, y a veces se cruza ese limite.
Uno vuelve a su casa doblado como una media, muchas veces sin acordarse demasiado de la noche que supuestamente buscaba disfrutar, y se acuesta a dormir. Al otro día se levanta con una pelea Irán vs. Irak en la cabeza y promete nunca mas tomar, se plantea para que tomo tanto, trata de buscar cuando fue el momento que se le fue de las manos (obviamente cuando decidió salir). Pero luego de la tormenta siempre sale el sol, uno se duerme una siestita reparadora, y se levanta ya casi sin resaca y se considera a si mismo inmortal, es ahí cuando se da cuenta que no era para tanto y se prepara porque hoy hay conga de nuevo, y se vuelve a repetir el ciclo. Estos excesos hacen que uno se sienta vivo, pero también alimentan un vació que de aluna manera no puede llenar.
Quizás me fui por las ramas con una experiencia de viernes por la noche, pero a lo que quería llegar es que uno esta constantemente buscando evadir su realidad en vez de aceptarla, y para producir esta evasión recurre a diversos métodos (cigarrillo, alcohol, drogas, o también irse al rió y desconectarse de todo). Cuanto mas cruda es su realidad, mas cruda es la “droga” que se necesita para evadirla.
Creo que uno vive toda su vida, peleando una pelea contra la realidad, y quizás con la madures llega a aceptarla y disfrutarla como tal. Pero bueno tampoco es una pelea que no se disfrute, y quizás sea como dijo un amigo: “Con el exceso llega la claridad”.